Ayer se celebró el tan esperado debate entre los dos principales candidatos para la presidencia del gobierno español. La fecha de las elecciones está cada vez más cerca y todos se afanan para hacerse escuchar. Ayer, después de más de 10 años sin debates de este estilo, se retomó una medida que, condiciones –muy abusivas, por cierto- aparte, siempre es de agradecer.
Sin embargo el evento en sí ha postergado a la sombra una medida que se hizo oír y que muchos la secundaron y apostaron por ella: llevar el debate a Internet. La medida, iniciada por 20 minutos, era atractiva y el panorama comunicativo afrecía la posibilidad de explotar una nueva herramienta con la que se permitiría un contacto mucho más directo y espontáneo con los ciudadanos (el podcast muy recomendable). Tras dos meses de intentos por lograr que la propuesta pudiera materializarse, el resultado final ha sido negativo. Nada de debates en la red.
¿Porqué se ha rechazado? Pepe Cervera, cree que el motivo central es el miedo de los políticos. Particularmente no estoy tan seguro de que esa sea la clave. Sin quitarle parte indiscutible de verdad entiendo que en los debates hay otros muchos intereses que entran en juego. Si tuviera que elegir un sinónimo de política me decantaría por estrategia. Todo se analiza (PDF), nada va a quedar desapercibido (PDF).
De ahí que el debate que vimos fuera tan cerrado. Ninguno de los dos ha querido o ha intentado salirse de los planes. El debate, por contenido, no ha aportado nada, un McGuffin. Antes de que empezara muchos ya sabían que no habría vencedor por K.O. Los políticos se preparan concienzudamente (memorizan frases que les sirvan para salir de cualquier compromiso) al tiempo que sus especialistas en comunicación determinan y delimitan todo lo que va a rodear al show televisivo: desde el decorado, pasando por la ropa y llegando a determinar los temas o incluso acordar el tiempo que tiene que durar cada plano, no sea que pillen a uno con el culo al aire. Por todo esto, coincido plenamente con la tesis de Lluís Bassets en El País; lo realmente importante son las repercusiones que traerá: el debate sobre el debate.
Internet no encaja por que sería demasiado real. Poder arriesgar (todavía más) la imagen de los políticos poniéndolos en evidencia o crear un espacio donde realmente se puedan debatir los temas que a la gente le preocupan no es compatible con la política, más aún si los espectadores son los protagonistas. Por ahora lo más que se ha conseguido es emitir alguna que otra buena iniciativa.
Sin embargo lo más curioso es que todo el mundo es consciente de que los políticos no dan duros a cuatro pesetas, no se arriesgan si no tienen unas mínimas garantías aseguradas, si no tienen todo atado y bien atado, si no les dan el control del debate. Si todo esto es incompatible con el modelo de debate que se pretendía en internet ¿Porque se sorprenden tanto desde 20 minutos? La idea es brillante pero, francamente, me atrevería a decir que nada realista. O bien estaban dispuestos a acabar cediendo el control a los políticos o decidieron lanzar el proyecto pese a saber que las posibilidades para que Zapatero y Rajoy quedaran en manos de los internautas eran más bien ridículas . Demasiado bonito.
2 Responses to La historia del debate en internet
Estoy totalmente de acuerdo contigo Antonio. El debate no aportó nada, asistimos a un par de mitines políticos. A mi modo de ver le faltó dinámica y naturalidad al debate.
Un saludo
Veremos que pasa en el segundo pulso, aunque mucho me temo que seguirá la misma línea. Hablan mucho pero cuentan poco.
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