Actualización: 29/03/08


Las nuevas tecnologías ha permitido un avance social sin precedentes. Fenómenos comunicativo - sociales como Facebook, tuenti o twitter han permitido a individuos geográficamente distantes manter una relación directa, inmediata y sobretodo eficaz. Definitivamente se han roto las barreras y estos fenómenos, lejos de acotar las posibilidades comunicativas, nos permiten soñar con nuevos objetivos.
En la década de los 60 nació una teoría, la de los seis grados que afirmaba que cualquier individuo puede contactar con cualquier otra persona con solo seis intermediarios. Más o menos creible, la teoría se hizo fuerte basándose en el carácter social de los individuos. Hoy la teoría de Stanley Milgran recobra más fuerza que nunca. Nunca hemos tenido tantas herramientas de comunicación tan eficaces, su uso se ha generalizado y, el que más o el que menos, empieza a entender que la comunicación no tiene barreras. Ver, oir o hablar con quien quieras cada vez es más fácil.

CERCA DE UN KOALA (12/12/07)
Es curioso. Con lo grande que que es el mundo y al parecer todo esta al alcance de la mano. Según la teoría de los seis grados cualquier persona está a solo cinco "pasos" de tí. Seis contactos. Puedes llegar a contactar con cualquier persona a través de cualquier seis intermediarios. Solo seis.
Al principio le daba vueltas al cotarro y reconozco que adopté una posición escéptica, como casi siempre. Prefiero dudar antes que creer. Pero visto lo visto... ¿porqué no creer?
Uno, que acaba de empezar con un par de post, empieza a tomarse en serio esto de escribir para una pantalla de ordenador. ¡Qué remedio! La cuestión es que siempre he creido, muy en mi línea, que no me iba a leer ni perri. Seguramente no, pero oye! y si por aquello de los seis grados un australiano con ganas de leer en español le da por mover hilos y, caprichos del destino, acaba dando conmigo a través de cinco tipos? y si le caigo bien, nos hacemos amigos y me acaba regalando un canguro? o un koala, me da lo mismo. Vete tu a saber, enrealidad entre el australiano y yo solo nos separan cinco contactos. O igual es un argentino y me invita a paqueques... pero que me los traiga el que yo me mareo tantas horas metido en un avión. Seguiré escribiendo por si acaso.